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Un mes antes... ... un mes después

16 de Octubre 2003

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Comunicar, imaginar... esto es algo esencial en la vida de todo publicista y r.r.p.p. Para algo nos preparan, nos enseñan a ser creativos, como llevar una campaña publicitaria y como mantener unas buenas relaciones publicas con los que nos rodean, con nuestros clientes. Eso es lo que me gusta de mi carrera, que no es el típico trabajo de despacho que té pasas todo el día sentado delante de una mesa, esperando que suba o baje el tipo de interés, observando la evolución de las acciones... no este es mucho más dinámico, aunque por supuesto tienes también la parte en la que trabajas sentado tras un ordenador, pero no siempre es así.

Si tienes una campaña publicitaria en tus manos, eres tu quien tiene que curárselo, quien tiene que hacer que ese producto llegue a todo el mundo y que les guste, que sientan deseos de tenerlo.
Por no hablar de la satisfacción de hacer una campaña por ejemplo de anuncios televisivos y decir, ese anuncio lo he hecho yo, o de publicidad estática, como pudiera ser un cartel de las paradas de autobús, carteles de la carretera, etc.
Me gusta lo que estudio, me gusta la vida que puedo llegar a tener, pero sobre todo me gusta que dependerá de mí, seré yo quien marque mi propio futuro, será por mis meritos y mis fracasos por lo que destacare o no, sé que es así en toda las cosas de la vida, pero yo no lo había visto así nunca en el ámbito laboral, tal vez porque nunca me había planteado mi futuro en ese aspecto, pero ahora si lo hago y lo hago sin presión, sin miedo, sino con toda la ilusión del mundo y con el ansia de ser el mejor en mi trabajo, pero sobre todo y por encima de todo por disfrutar con lo que hago.

12 de Octubre 2003

Si hay una cosa que me encanta de mi trabajo de los viernes por la tarde no es otra que el buen rollo que tenemos todos los camareros de Keeper entre nosotros.
Pero el viernes ese buen royo fue mas allá, no era solo por el hecho de conocernos reírnos y saber lo “típico” de una persona con la que compartes un trabajo, si no que nos conocimos mas, fue adéntranos en la vida de la otra persona, conocer detalles de su niñez, de su vida actual, ... fue el inicio de una amistad.
Porque no existe otro modo de forjar la amistad que mediante el conocimiento, compartir experiencias, confianza, intimidad. Todo vale ya sea una foto de la niñez o un sentimiento, poco a poco te acercas y te integras en su vida.
La verdad es que me alegro haber dicho: “Venga te acompaño a Elite y asi veo a unos amigos que están allí” Pero una vez dentro de la discoteca, se abrió un universo paralelo, continuo la conversación que habíamos tenido en su casa y poco a poco fuimos descubriendo mas cosas el uno del otro, hasta fundirnos en un abrazo mientras nos preguntábamos como nos hemos podido coger tanto cariño en tan poco tiempo??
La respuesta a esa pregunta no la tengo, tal vez porque en un viejo manuscrito estaba escrito asi, o simplemente porque ambos quisimos que fuera asi, destino o fuerza???
La situación además no era propensa para lo que allí sucedió, pero ambos conseguimos que fuera posible, una copa, una palabra encadenada a otra, escuchar a la otra persona, preocuparte por ella.
Es increíble lo mucho que dan de si unas pocas horas, la diferencia de lo que la conocías y lo que la conoces, lo que podías sentir y lo que sientes, la importancia que tenia y la que tiene...
Se puede decir que aquella noche se forjo una amistad a la que todavía le quedan muchas cosas por asentar, démosle tiempo, pues el primer paso ya esta dado, dejemos que lo demás venga al igual que surgió en la noche del viernes.